lunes, 4 de mayo de 2015

Manizales y su centro histórico: territorio de nadie

Vista aérea de Manizales. Foto tomada de internet.

Parte II


Por fin aparece “F”, llega sudando, agitado, lo veo casi hecho un esqueleto, le faltan algunos dientes, su cabello, escaso también, lo oculta bajo una gorra gris y con una voz sincera me dice: ¡parcero! y estira su mano derecha y aprieta con fuerza y firmeza la mía.
El frío de su mano me hace suponer que no ha desayunado y lo invito a una cafetería cercana. Pide pintadito y pandebono, yo un café. Le digo que voy a sacar grabadora y cámara, libreta y lapiceros para empezar. Encoje los hombros. Pronto empieza a hablarle a la grabadora como cerciorándose que funciona.

En desorden habla del tiempo que lleva en las calles como vendedor ambulante, son casi quince años. Y en este tiempo, dice, en cuestión de espacio público cuando hay elecciones ellos dejan trabajar, y cuando ya pasa todo empiezan a barrer con uno. No estamos legalizados, y nos sometemos a los atropellos, si nos levantan la mercancía y no pagamos la multa perdemos todo. Algunos si colaboran pero cuando hacen redada se nos llevan todo pa´ que vean que ellos si trabajan. Y nosotros pobres hombres de la calles de Manizales perdemos, quedamos lleva´os.

El centro está cambiando, ya se subieron los de las carretas buscando sobrevivir, “F” se refiere a los vendedores de mercado móvil que traen frutas y verduras y que laboraban en el sector de las galerías en Manizales y que ahora recorren las céntricas calles de la ciudad. De eso viven, porque no hay empleo dice “F”. El alcalde dice que quiere ver el centro sin un vendedor ambulante pero no nos da empleo, agrega. La calle es dura. No es pa´ cualquiera. Hay fechas diferentes amor y amistad, madres, navidad, ferias uno sabe cómo trabajar, llega gente de Medellín y Bogotá y nos dan empleo y uno trabaja. Pero la calle es delicada, hay gentes que dominan el espacio público, es lucrativo por eso no dejan acabar las ventas y antes aumentan. Se ve por ejemplo en los vendedores de minutos, si uno no hace parte de ellos, lo llaman y le dicen, hermano evitémonos problemas y váyase de aquí y uno que hace pues se va o cambia de trabajo se pone a vender gomas (dulces) o candelas o veneno pa´ las cucarachas.


Eso que pasa con los minuteros (habla de los vendedores de minutos) es muy complica´o, es cosa seria, hay una mafia la hijuemadre. Ahora que se ven amenazas y desplazamientos a los vendedores entró la Alcaldía a mediar pa´ controlar todo eso.

En un segundo se acerca a mi oído y cómo quien quiere que le guarden un secreto, me dice, lo peor hermano es que los maricas, los travestis y las recostadas de la galería (así le dice a las prostitutas) se subieron pa´l centro y eso trajo a las ratas (ladrones) y a los jíbaros (expendedores de drogas).

Ahí si la cosa se jodió. Esto después de las ocho (habla de la carrera veintitrés) es tierra de nadie.

Hermano usted sabe que aquí también hay mafias a las que nadie les para bolas porque les tiene miedo. Todos se hace los de la vista gorda y todos ganan. Esas mafias dominan las ventas callejeras y todo lo otro. “F” se despista y habla y habla sin parar sobre su vida. De su vida en la escuela, el barrio, la ciudad… es un monólogo interminable, lo dejo seguir.
Mientras el habla y se repite en los temas,  recuerdo que días atrás había visitado a la doctora Marina Jiménez Buitrago Presidenta de La Sociedad de Mejoras Públicas, en la sede estaban Dorian Hoyos Parra, Ernesto Quintero y José Clareth Boniila, ellos creen en recuperar el esplendor que tenía el centro de la ciudad. Lo importante es reconocer que hay un problema de derecho al trabajo y al espacio público, dice la doctora Jiménez.

El grupo habla de estrategias empleadas para cambiar el rostro del centro histórico. Llega el tema de la Comuna San José y el macroproyecto que allí se sufre, hasta impactar sobre los comerciantes de la galería y que los hace emigrar hacia el centro con todos sus productos. Agregan los demás que ya hay reuniones con las entidades territoriales, el Concejo, Planeación Municipal, Ministerio de Cultura y la actualización del Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico, también las Universidades se suman y ciudadanos que buscan el cambio. Saben que este año es crucial para el desarrollo de la ciudad, porque se hablará del POT.

Recuerdan el Foro Ciudadano por la Recuperación del Centro Histórico, que organizó la Universidad Nacional y aparece el nombre de María Úrsula Botero, directora ejecutiva de la Asociación Cívica del Centro Histórico, quien crea las cinco mesas de trabajo para proponer soluciones: el folleto “El Centro Histórico” dónde Luis Fernando Acebedo, Gonzalo Duque y Pedro Felipe Hoyos generan pensamiento alrededor de la ciudad que soñamos, se busca la ampliación del radio del centro de la ciudad desde El Palacio de Bellas Artes hasta la antigua escuela Juan XXIII, la peatonalización de la carrera Veintitrés, además de la propuesta “Subámonos al bus del POT” que busca hacerlos partícipes, al final este es un problema de gobernanza recuerdo que sentencian.

El silencio de “F” me regresa a la cafetería. Su rostro se prepara para la jornada, está nervioso, sigue sudando, temblando, hablando. Le digo que para recuperarle el tiempo le compraré algunas de las cosas que vende, su rostro se ilumina. Me despido y avanzo por la emblemática carrera veintitrés en Manizales entre olores de comida, voces de vendedores, pitos de autos, recicladores y gente de bien, avanzo hasta llegar al Parque Fundadores y empiezo el camino de regreso por las Carreras Veintidós y Veintiuna.

Observo, pienso, tomo notas y fotografías, grabo sonidos. Al desandar las calles que me han visto crecer pienso en una conclusión y es que el centro histórico de Manizales solo se reconoce por las fachadas de algunos de sus edificios republicanos y el sinnúmero de negocios, vendedores ambulantes y transeúntes que a diario lo recorren. Ya nadie cuida de él, de sus calles adoquinadas o de su valor arquitectónico, su riqueza escultórica o su historia y recuerdo a mi abuelo cuando me dijo:  “somos una ciudad joven que ya se repuso a terremotos, erupciones volcánicas, deslizamientos e incendios y si pudimos en el pasado podremos en el futuro”. La lluvia comienza a caer.

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