viernes, 30 de julio de 2010

50 Poetas Colombianos y una Antología



Amigos, les comparto la portada de mi próxima publicación. Es una antología personal que titulé Noticias del Tercer Mundo hace parte de la colección 50 Poetas Colombianos y una antología. Publicada por Caza de Libros Editores bajo la dirección de Pablo Pardo.
La colección completa será presentada el viernes 13 de agosto en la XXIII Feria Internacional del libro en Bogotá con la presencia de los 50 poetas. Auditorio: José Asunción Silva. Hora: 6 p.m. Corferias.

jueves, 29 de julio de 2010

Radiografía de la ausencia

Cuánto más grandes los hombres
más solos se quedan


Viejo en tu ausencia el bueno de Dios se ha vuelto amigo. En los bares donde no entras a beber, la silla que debes ocupar se llena con tu vacío; al que ofrezco una cerveza que no bebe nunca. Entonces pido un cigarrillo que dejo encendido hasta que por completo se lo fuma tu fantasma.

Ahora que recorro restaurantes, avenidas y duermo mal en hoteles de todas las ciudades, ahora que cualquier mujer de esquina me ofrece algo más que su sexo tibio y sus senos de candil, ahora que el corazón está hecho añicos necesito de tu mano y tus palabras.

Papá, en las noches de embriaguez me hace falta tu voz ordenándome dormir. Dime quién sabe de tu pasión por el fútbol y por las novelas de vaqueros. A quién hace vibrar tu historia del carbonerito. Quién conoce tu secreto sobre el vuelo del albatros.

Hoy que la vida vuelve a sonreír quiero saber qué neblinas respiras. Cuáles gotas de sudor mojan tu sombra. Dónde apagas el último cigarrillo. Quiero saber si todavía hueles la lluvia.

Es duro crecer sin ti, sin tu silbido en las mañanas cuando la cuchilla atraviesa tu rostro y el ruido de tus zapatos me despierta.

Aquí las calles de mayo siguen solas, nadie cura mis heridas de juegos perdidos, nadie remienda mis ojos al final de un amor. Camino solo, papá, y la noche me seduce de nuevo. Mañana te habré olvidado otra vez.

lunes, 26 de julio de 2010

El mundo en el bolsillo de un niño (Episodio uno)


Un día mi padre, siendo niño, me dijo: (ya no recuerdo sus
palabras): escóndete en la casa, luego te buscaré. Sigo escondido, esperando.
Felipe García Quintero


No se por qué hace días las conversaciones, los eventos y diferentes situaciones en cualquier ciudad de Colombia me llevan a temas de la infancia. 

Creo haber leído hace muchos años en el pequeño y revelador libro Cartas a un joven poeta, de Rainer María Rilke, que si uno aspiraba a ser escritor y estuviera en una cárcel o postrado en una cama sin posibilidad alguna de conocer y disfrutar el mundo exterior, se debía recurrir a la infancia como un inagotable universo literario. Esa era la idea. 

Así que en las últimas ciudades me han hecho recordar la infancia y haciendo caso a Rilke ese luminoso poeta de Praga queiro contarles un poco de esos años infantiles en una ciudad intermedia como Manizales. Este es un viaje con los amigos de una generación que se divertían con las pequeñas cosas y hoy lo harán a través de la nostalgia.

Cuando era pequeño con mi escaso salario de estudiante (cinco pesos diarios) y muy pocos años -nueve o diez-, sin saber nada sobre mi futuro, me subía a unos buses rojos y azules que iban a barrios que yo desconocía en la pequeña y naciente Ciudad de las Puertas Abiertas. Lo hacía sólo por el placer de viajar, de conocer otros lugares, otras seres, otros aires.

Esas gentes eran las personas de los barrios populares seres normales, corrientes, simples. Yo no conocía el mundo y el mío eran los límites de esta Ciudad Amarilla que me ha visto crecer.

viernes, 9 de julio de 2010

Cómo odiar un rock-star


Salir de viaje en las madrugadas frías y solitarias de cualquier ciudad se me está haciendo costumbre. Esta vez, partí rumbo a Medellín cerca de las cinco de la mañana. Mi ciudad de origen Manizales, en este junio frío y hostil. El motivo de mi salida el 3 Congreso Iberoamericano de Cultura. El día elegido un viernes en la madrugada. El destino el apartamento de Martha, una prima de mi amigo Juan Pablo quien generosamente nos hospedaría, una mujer que nos soportó con la paciencia del santo Job. El resultado del viaje una nueva visión de Medellín y un reencuentro con los amigos. La historia es esta.

Salí desde la ciudad donde está la gente que me quiere con la intención de pasar encerrado en un auditorio dos días, recuerden la ciudad es Medellín. Aunque el frío de la mañana y la casi oscuridad de las primeras horas de este junio invernal en Manizales me hacían pensar en horas y horas de clases magistrales alrededor de temas de mi interés, en el fondo sabía que hacia Medellínmovía una sola cosa: la música. 

Una metrópoli como esa no incita otra cosa que no sea el conocimiento y la diversión. Y aprendí mucho y me divertí más pero terminé odiando una estrella de rock.